Territorios Compartidos

Hierro desplegado
200 x 250 x 300 cm
2019

Dos especies de ciervo comparten el territorio patagónico: el huemul, autóctono y el ciervo colorado, introducido con la colonización europea. Sus cuerpos se entrelazan, se superponen, comparten el espacio. Se atraviesan. Los cuernos del ciervo colorado se prolongan buscando el suelo para echar raíces y en su camino abrazan al ciervo autóctono.
La escultura forma parte de la serie Territorios Compartidos, donde indago sobre los límites del ser. La piel ha sido relacionada con la percepción del Yo (Didier Anzieu, 1974) dado que es el órgano que separa y a la vez conecta con el entorno, así como cuerpo y territorio han sido relacionados por diferentes autores. Más allá de los ensayos teóricos sobre estos temas, mi aproximación es poética. Las metáforas y paralelos surgen a partir de la imaginación de diferentes interacciones entre seres. Tanto los cuerpos como los territorios tienen límites, los cuerpos y los territorios se corresponden con identidades, las identidades se diferencian de otros y del entorno, sin embargo la separación entre el uno y lo otro no es absoluta, los límites son permeables, los límites se entrelazan, los cuerpos se mezclan, las identidades se confunden, los seres ocupan un mismo territorio, las mentes se fusionan, los seres se zambullen en otros, los seres están atravesados por otros, el interior de unos es el exterior de otros, el exterior de unos es el interior de otros.